Es un lugar alejado de todo, el polo oceánico de inaccesibilidad o también conocido como Punto Nemo, en honor al personaje del escritor Julio Verne en 20.000 leguas de viaje submarino.
Un polo de inaccesibilidad es un lugar que ofrece una máxima distancia o dificultad de acceso. Por ejemplo, tenemos uno en Eurasia, el lugar más alejado del mar en la superficie de la Tierra, en un desierto de China y a 2.648 km del mar. También tenemos otro en la Antártida.
Y precisamente el Punto Nemo es uno de ellos, el lugar más alejado de Tierra en el océano. Esta remota ubicación oceánica se encuentra a unos 2.688 kilómetros de la tierra habitada más cercana en el Pacífico Sur.
Como apunte,el punto habitado más remoto del planeta es Tristan da Cunha,una pequeña isla englobada aun bajo los territorios de ultramar de Reino Unido y en la que viven apenas 300 habitantes. Su vecino más cercano esta a unos 2.000 km,en la isla de Santa Elena (la de Napoleón)
Pero volviendo al Punto Nemo hay varios aspectos curiosos a destacar de este lugar. Por ejemplo, que normalmente las personas que más cerca se hayan de este lugar son los astronautas de la Estación Espacial Internacional a unos 400 km de altura cuando orbitan la zona.
De hecho, allí yacen precisamente los restos de la antigua MIR, la desmantelada Estación Espacial Rusa de origen Soviético.
Pero el Punto Nemo es un lugar de mitología. El escritor H.P. Lovecraft, uno de los autores de literatura fantástica más influyente del siglo XX, ubicó limítrofe a este lugar, la ciudad ficticia de R’lyeh, casa de Cthulhu, una criatura mitológica con garras y tentáculos.
Lo curioso es que unos años después, en 1997, un fuerte sonido se registró en las inmediaciones del punto Nemo, por un grupo de oceanógrafos, algo que no hizo más que alimentar el mito.Fue bautizado como “Bloop” pero por su agudeza y potencia descartaron que pudiera ser un animal.
Lógicamente hubo todo tipo de teorías sobre que un animal o monstruo marino podía habitar esas aguas y por ello la NOAA, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos se puso manos la obra en 2012 a investigar este sonido.
Lo que encontró es que se trataba de un sonido de baja frecuencia producido por las fracturas glaciares a kilómetros de distancia, así que era básicamente el hielo desquebrajándose o un “terremoto” de hielo.
Es decir, ¡un iceberg agrietándose y rompiéndose de un glaciar antártico! Con el calentamiento global, cada vez más terremotos de hielo ocurren anualmente, rompiendo los glaciares, agrietándose y eventualmente derritiéndose en el océano.
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