El pasado 2020, Haenel decidió abandonar por completo la industria del cine después de que Roman Polanski se alzase con el César al mejor director por 'El oficial y el espía'; momento en el que la intérprete abandonó el recinto en el que se celebraba el evento al grito de "¡Viva la pedofilia!". Un incidente ocurrido pocos meses después de su denuncia por acoso sexual al realizador Christophe Ruggia por unos hechos presuntamente ocurridos cuando ella tenía entre 12 y 15 años.
La actriz abandera el movimiento francés #MeToo y se ha mantenido muy activa en el ámbito del activismo político, siendo su último acto la publicación de una durísima carta publicada en la revista Telerama en la que explica que su decisión de retirarse de la interpretación fue un acto político.
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