En épocas de guerras de liberación en el Virreinato del Río de la Plata, el antecedente de Argentina, la escarapela surgió como una forma de reconocer a los soldados propios y diferenciarlos de los españoles en el campo de batalla.
Fue un símbolo patrio que antecedió a la Bandera. La creó Manuel Belgrano. Este procer era un economista, abogado y casi obligado militar. Él lo admitió en sus memorias, al decir que “mis conocimientos militares eran muy cortos…”. Pero su inteligencia y sentido común le hicieron notar que en los combates que libraba contra los realistas en su campaña al Paraguay, la ausencia de distintivos claros en los uniformes tendía a la confusión. Así fue como nació la escarapela azul celeste y blanca.
¿Cuál es el origen de sus colores? Así como sostienen que el original del acta de la Independencia desapareció, no hay constancia cierta del porqué de la elección de los colores de la escarapela. Varias son las versiones. ¿Reproduce el color del cielo? ¿Es cierto que responden al color característico de la casa de los Borbones? ¿Es un homenaje al color que usaron los regimientos de Patricios y Húsares en la segunda invasión inglesa? ¿O hay que buscar una explicación en las cintas que French y Beruti repartieron en los convulsionados días de mayo de 1810?
Recién en 1935, por iniciativa del Consejo Nacional de Educación, se propuso conmemorar el Día de la Escarapela, y en 1941 quedó instituida la fecha del 18 de mayo. Según investigaciones del Instituto Nacional Belgraniano, las evidencias indican que su primer formato tuvo el centro celeste y la corona blanca.
¿Reproducen el color del cielo? ¿Es cierto que responden al color característico de la casa de los Borbones? ¿Es un homenaje al color que usaron los regimientos de Patricios y Húsares en la segunda invasión inglesa? ¿O hay que buscar una explicación en las cintas que French y Beruti repartieron en los convulsionados días de mayo de 1810?
Belgrano recibió la respuesta satisfactoria del gobierno por la escarapela y se entusiasmó con la enseña patria. “Siendo preciso enarbolar la bandera, y no teniéndola, la mandé hacer celeste y blanca, conforme a los colores de la escarapela nacional”, explicó. Dicha decisión encontró la firme oposición del gobierno y de Bernardino Rivadavia, uno de los secretarios del Triunvirato, quien le ordenó a Belgrano destruirla porque aún se gobernaba “bajo la máscara de Fernando VII”.
Belgrano desoyó la orden. Iba camino a ponerse al frente del Ejército del Norte. Pero ese es tema para otra historia. La independencia del país ya estaba en camino.
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