Llegan las ironías y los “lugares comunes” a los pasteles de boda. Y lo hacen con estos interesantes novios que, en lugar de darse el clásico abrazo, actúan como pescador y salmón en la orilla del río.
Se trata de parafrasear el dicho “ya lo pescó”, como haciendo ver que el hombre entró en el redil del matrimonio porque ella lo engañó, o asentó la cabeza tras una larga vida de nocturnidad y alevosía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario